La respiración es una de funciones fisiológicas más importantes. Nuestra vida está marcada por una secuencia de respiraciones ya que lo primero que hicimos al nacer fue una inspiración y la última cosa que haremos al morir es una exhalación. Conseguimos sobrevivir durante varios días sin alimentos, o sin beber, pero no pudimos conseguir ni unos pocos minutos sin respirar. La respiración alimenta todas nuestras células, tejidos y órganos, y por lo tanto, interfiere en todas las funciones corporales.
Con el entrenamiento de técnicas de respiración ofrecemos una profundidad y un ritmo específico de acuerdo con los resultados deseados. Si aprendemos a trabajar el ritmo respiratorio, podemos sutilizar emociones, lo que afectará positivamente las relaciones afectivas, el desempeño laboral, los estudios y el deporte.
Estas técnicas, se combinadas con actividades como el buceo, surf, natación, escalada, artes marciales, atletismo y otros, aumentará increíblemente la capacidad pulmonar y la resistencia orgánica, mejorará la concentración y la velocidad del raciocinio y el control de las emociones. Detalles que marcan la diferencia en las competiciones y también para deportistas ocasionales.
Solemos respirar 12 a 15 veces por minuto y cada respiración absorbe alrededor de 0,5 litros de aire. Pero nuestra capacidad pulmonar total es de unos 4 litros, llegando a 6 o 7 litros con un buen entrenamiento. El Método DeRose utiliza más de 50 técnicas de respiración donde se aprende a disfrutar de la capacidad pulmonar total.
Aunque sin darse cuenta de ello, la respiración está íntimamente ligada a nuestras emociones y patrones de comportamiento. ¿Ha notado que cuando estamos ansiosos o sometidos a una situación extrema, la respiración se vuelve superficial y rápida, y cuando estamos más relajados o incluso al hacer un esfuerzo para centrarse en ella, se ralentiza el ritmo de forma natural? La razón es que hay una relación muy estrecha entre los ritmos respiratorios y los estados de conciencia.
Texto extraído del Taller de Respiración del Prof. Gustavo Marson. (Siempre que utilize un texto de otro autor, por favor citar la fuente.)